domingo, 26 de agosto de 2012

#GeneraciónDeAcuerdos

En unos días iniciamos los trabajos en la Cámara de Diputados, estoy convencido que desde ahí debemos dar prioridad al sector de la población que desarrollará al país: los jóvenes.

Nuestro país hoy cuenta con el bono demográfico de jóvenes más grande en la historia, lo cual representa la esperanza y el conjunto de oportunidades que requiere México para dar el salto a los primero lugares de desarrollo. Sin embargo, esta esperanza que se refleja en nuestra generación todavía enfrenta amenazas que ponen en riesgo nuestro pleno desarrollo en distintos ámbitos.

Resulta indignante y muy preocupante que los jóvenes de esta generación nos encontremos frente a diagnósticos como el elaborado por el CEIDAS señalando que, de acuerdo a cifras oficiales del CONEVAL e INEGI, 42% de los jóvenes entre los 18 y 24 años de edad viven en condiciones de pobreza, y 9.1% de ellos en pobreza extrema; o que uno de cada cinco desempleados del país sean jóvenes en este mismo rango de edad, enfrentándose además al problema que representa acceder a la educación (solamente 28 de cada 100 jóvenes entre los 18 y 24 años acuden a una escuela).

Las limitantes de acceso a la educación y al empleo, la pobreza, el incremento de la violencia e inseguridad, así como los problemas de salud pública que representan el aumento en los indices de consumo de sustancias adictivas, las infecciones de transmisión sexual, los trastornos alimenticios, y la depresión, son solo algunos de los muchos retos que todos los legisladores tenemos frente a la tercera parte de la población que los jóvenes representan.

La realidad que enfrentamos como juventud mexicana obliga a que los 500 diputados dejemos a un lado los discursos y trabajemos más allá de lo que han hecho legislaturas anteriores. Esa es la demanda de las madres solteras jóvenes, de los universitarios que no consiguen empleo, de los NiNis, de los jóvenes discriminados y sin acceso a servicios de salud dignos, de los jóvenes que no logran acceder a servicios educativos, de los jóvenes cooptados por la delincuencia organizada, y de los jóvenes migrantes.

Los diputados federales de todos los colores, y en especial los jóvenes, debemos asumir nuestra responsabilidad para encontrar, desde la diversidad de expresiones, las coincidencias que permitan dejar de lado el cálculo político, y ponernos a trabajar en serio por el desarrollo de nuestra generación. Si no lo hacemos ahora, en el futuro hablaremos de un México que desaprovechó su histórico bono demográfico, y de jóvenes a los que les negamos la posibilidad de tener un país más competitivo, de innovación y con altos niveles en la calidad de sus empleos y su educación.

Por parte de los jóvenes que seremos diputados tres años, debe existir el compromiso generacional para empujar los acuerdos en torno a los temas trascendentales para la juventud y hacer valer el peso que nuestra generación tiene para echarse al país en los hombros y sacarlo adelante, si no aprovechamos la oportunidad nosotros ¿Quiénes?, si no es en estos 3 años ¿Cuándo?.

@juanpabloadame

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